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Una mujer como tú… como yo.

Todas las mujeres somos diferentes, somos de diferentes colores y formas… pero todas somos muy especiales.


Las MUJERES somos seres con gran alma y corazón, luchadoras y trabajadoras; no bajamos los brazos a la primera piedra que nos tiren, al contrario, enfrentamos la adversidad con nuestra mejor arma: nuestra fuerza interior, nuestra DIGNIDAD de ser MUJER.

Muchas veces nos hunden en el dolor pero somos buenas nadadoras, nos golpean pero hemos aprendido a defendernos.

Luchamos por nuestro género, somos inteligentes, leemos, abrimos todos los sentidos para saber, aprender y no cometer errores del pasado. Ya nadie nos cuenta cuentos de princesas y príncipes, hoy sabemos que la vida no es así.

La vida de la mujer es dura, enfrentamos grandes obstáculos para alcanzar nuestros sueños. Paso a paso superamos los miedos, luchamos por aquello en lo que creemos y jamás permitimos que alguien nos diga que algo no es para nosotras por ser “cosa de hombres”. Las mujeres podemos sorprender al mundo entero mostrando nuestra capacidad de caer y volver a levantarnos con más fuerzas que antes. Nada nos queda grande, que todo lo podemos hacer y lograr.

Nunca te enfrentes con una mujer si no estás seguro de ser superior a ella, no sea que esa MUJER te sorprenda, pues dentro de ella hay tantas cosas buenas que ni ellas mismas son capaces de dimensionar lo que valen.

Una mujer es la que hace que todos los semáforos de la vida se pongan en rojo, ante ella debes mostrar respeto, amor y confianza, porque esa mujer es madre, hija o nieta... ella es la que le dará al mundo hijos nobles para crear un nuevo mundo, uno mucho mejor para los años venideros.

Las mujeres hacemos la diferencia en este mundo.

Una mujer es y será siempre defensora de sus hijos y cuidará de su hogar y su esposo.
Las mujeres sólo queremos una vida amorosa y tranquila…
¿eso es mucho pedir?

Si eres un buen hombre, junto a una gran mujer llegarás a ser un hombre de éxito, un verdadero hombre... pues ella te hará crecer.

Las mujeres no queremos modelos, queremos tener un hombre que sólo nos ame, que tome nuestras manos y nos abrace cuando nuestro mundo se cae. Poca cosa pedimos para lo mucho que damos.

Una mujer es la más bella de las flores de tu jardín,es aroma que se impregna en tus sentidos, es la mejor y perfecta creación del universo, tienen una mente rápida y la inteligencia que le acompaña está demostrado hoy en día que ya ocupan lugares importantes en el mundo entero.

Las mujeres ya no somos las muñecas que decían los hombres que sólo sabían enamorase de la primera que se les cruzara. NO, eso ya es pasado. Hoy las mujeres se fijan muy bien en el que desean que sea su compañero.

No es fácil conseguir una gran mujer, ya no es cosa de llevar flores o chocolates, las mujeres queremos hechos ante el compromiso, no palabras. De eso ya estamos cansadas, queremos realidades y no utopías.

¡Qué orgullo es ser una mujer y bien plantada ante la vida!

Hemos aprendido a hacernos respetar, así como también respetarnos a nosotras mismas. Nos liberamos de ese estigma en el que decían que éramos tontas y sumisas. Eso no, JAMÁS, desde hace mucho tiempo sabemos lo que valemos.

Por ello exigimos lo mismo:
UN GRAN HOMBRE; de lo contrario, quédate en la fila a ver si nos fijamos en alguien que no se lo merece.

Hombres, no tengan miedo, pues lo único que deseamos de ustedes es que sean sinceros y verdaderos; no queremos mentiras, no queremos hombres por un día, queremos un hombre para toda la vida.

Si crees que puedes con una mujer que piensa así, adelante, que nosotras sabremos reconocer quien nos ama de verdad y quien sólo nos utiliza…

Cuida a la mujer que tienes hoy, porqué mañana será tu mejor bastón.