cierro los ojos suavemente,
acaricio el deseo; sola,
obsesionada con recuerdos
que me inundan la razón,
tratando de ignorar el dolor.
Mi mirada…
fija en algun lugar del pasado,
los segundos retroceden,
mi mente se revela
contra la locura que me acosa.
No puedo perdonarlo,
tan sólo puedo olvidarlo,
y no quiero.
El deseo, la soledad, el dolor
y esos dulces recuerdos
pasión que roza la locura.